jueves, 23 de diciembre de 2010

Galgos o podencos


Qué más da si son galgos o podencos, si se han dopado o no. Yo comprendo, hasta cierto punto, a quienes ingieren, se inyectan o esnifan cualquier sustancia que les ayude a estar en un podio en el que caben, como mucho, tres personas: es el ser o no ser del deporte.Una actividad que expulsa hacia la mariginalidad, es decir, hacia la no existencia a quien no triunfa, a quien no pisa esos tres ridículos peldaños. Y esos productos dopantes están ahí: una industria farmacológica los produce y aviesos profesionales se las agencian para hacerlos llegar a quienes los necesitan; necesitan esos rendimientos extraordinarios. Unos rendimientos cada vez más difíciles de alcanzar para esta feble máquina humana llamada cuerpo.

2 comentarios:

Antonio Pozo Sánchez dijo...

Estoy contigo en tu reflexión acerca de que el deporte es un juego de perdedores. Estoy escribiendo sobre ello, espero que pronto lo puedas leer. Un abrazo

HLO dijo...

Estaré encantada de leerte, querido Toni; es una sorpresa muy grata.

Un abrazo