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Donut.
Dos mil ochocientas setenta y cuatro almohadillas de etiltetrafluoretileno forran el estadio de Munich, el que patrocina una poderosa firma de seguros. El material plástico es ininflamable y puede iluminarse desde dentro con diferentes colores (azul, blanco o rojo), según el equipo de fútbol que juegue. El estadio, lejos de asemejarse al Coliseo romano como algunos dicen, parece un inmenso donut abandonado a su suerte en medio del plácido paisaje circundante. De todos modos, sólo es uno de los doce estadios construidos o remodelados para los mundiales de fútbol, incluido el Olímpico de Berlín. Una vasta operación económica que, se asegura, devolvió el optimismo a los alemanes.
Herminia Luque Ortiz, "No sport". Parte 2ª,"Anecdótica".