lunes, 19 de noviembre de 2012

Con chándal y con tacones

Sí, ya sé que alguno de los vestidos que me he comprado este verano tienen una estética vagamente deportiva -lo que se llama "escote de nadadora" -ver a la izquierda. Pero qué le vamos a hacer, yo tampoco puedo sustraerme del todo al flujo de los tiempos...Si hasta tengo un chándal o dos -eso ya lo confesé hace tiempo en un libro. Claro que jamás me los he puesto para salir a la calle; me da un poco de vergüenza.
Lo que no tengo, por cien mil espéndiles que no, son zapatillas de deporte. Tampoco me pongo el pantalón de chándal con tacones pero existen alternativas, desde unos mocasines suavitos a la siempre socorrida zapatilla de casa con adorno de borreguillo...
(Esta entradilla se la dedico a Angélico, lesionado -bueno, sólo un poco- profesor de Educación Física. Y eso que no sale a correr con tacones).