
Según la leyenda, estos dos jóvenes, Cleobis y Bitón, murieron después de realizar un esfuerzo sobrehumano. A falta de bueyes, arrastraron el carro de su madre, sacerdotisa de Hera, hasta el santuario. Cuando llegaron, fueron recibidos como héroes: su proeza física era realmente inaudita. Su madre pidió entonces a la diosa la máxima felicidad para sus hijos. Y la diosa se la concedió: los jóvenes murieron en el mismo santuario después de haber sido festejados y agasajados en su particular día de gloria.(A los dioses, como se ve, no se les puede pedir nada: tienen un concepto de felicidad un poco diferente de la del conjunto de los humanos).
Yo creo que podemos considerar a Cleobis y Bitón como los protomártires del deporte, los pioneros de la muerte súbita.