sábado, 8 de agosto de 2009

Urbanizaciones



Ningún ejemplo más cualificado para ilustrar el hecho de que el deporte es un anejo del capitalismo feriado que las urbanizaciones de golf. Con el pretexto de la creación de una infraestructura para un deporte de élite (otrora rústico pasatiempo de pastores en húmedas praderas atlánticas) con la que se supone se atraerá a un turismo de alto poder adquisitivo, es hallado un auténtico filón especulativo-inmobiliario. Un césped gramíneo (el auténtico lujo en zonas semiáridas o con sequías estivales prolongadas) revaloriza una serie de viviendas que, en lugar de ser ocupadas por ricos golfistas de pantalones a cuadros, son adquiridas por familias de clase media que se endeudan hasta las cejas.

Herminia Luque Ortiz, "No sport". Parte 2ª, "Anecdótica"

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