viernes, 10 de septiembre de 2010

El local

Aunque no lo crean muchos de los amables lectores de este blog, yo suelo pasear de vez en cuando. Bajo a la playa desde mi atalaya privilegiada y camino, sin prisa alguna, junto al mar un ratito (tampoco mucho, que cansa). Durante el mes de agosto, pasaba junto a un local que estaban remodelando. Yo me preguntaba qué demonios pondrían allí. Al lado hay un par de establecimientos culturales (de la cultura del alcohol y el café, me refiero) y una peluquería. Lo que a mí me vendría bien sería una librería enorme, tipo Fnac, pensaba yo. O, bajando el listón, una papelería con novedades Planeta, por lo menos. No, no iba a ser eso. Bueno, pues que sea una tienda de ésas que no cierran las 24 horas, que también te saca de más de un apuro. O, ya puestos, un Mercadona, que hay que comer todos los días.
Anteayer se resolvió el misterio: el local no es ni más ni menos que un studio...gym. Es decr, un lugar donde decenas de criaturas humanas machacarán sus cuerpos a cambio de dar sus euros de crisis todos los meses, puntualmente. Y verán sus sueños de un cuerpo perfecto también puntualmente irrealizado.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Los gimnacios están de moda... O son un buen negocio, porque los hay por todas partes.

Saludos

J.

HLO dijo...

Pues son una oda al masoquismo.

Con lo a gusto que se está leyendo o contemplando el azul del Mediterráneo...

Saludos

Uno dijo...

Creo que ha llegado el momento de que te confiese, querida mía, que voy a un gimnasio. Pero te juro por lo mas grande que solo voy a nadar. Bueno y al baño turco.
Vaya en mi defensa que no tengo atalaya ni mar.
Un abrazo

HLO dijo...

Yo también nado en la piscina de vez en cuando, que conste.
Lo del baño turco no lo he probado, pero a lo mejor es gratificante desde el punto de vista estético...

Un abrazo